Quizá os parezca una tremenda tontería lo que me ha dado hoy por pensar. Seguramente lo sea pero he llegado a una conclusión curiosa.
He estado dándole vueltas a mi cabeza a la idea de los Super-héroes y de sus Super-poderes.
Me he propuesto elegir un Super-poder. Aquel que escogería en caso de ser tan privilegiada en un mundo tan fantástico.
Lo primero que se me ha venido a la cabeza ha sido el Super-poder de leer la mente. Algo que te permitiera entrar en los pensamientos de otra persona con la franqueza en su estado máximo. Sin florituras, sin educación de por medio, sin consideraciones. Sería la única manera de saber qué piensa alguien sobre algo y no escucharlo de su boca dudando siempre de las palabras que escuchas.
De ahí ha venido la conclusión a sacar. Enseguida me he dado cuenta de lo horrible que sería ese Super-poder. No creo que estén mis oídos y mi mente preparados para tanta franqueza. ¿Lo están los de alguien? Por supuesto que mi incansable curiosidad de desgranar y analizar un gesto, un acto, una expresión o unas palabras, e incluso interpretarlas e ir más allá, estaría muy agradecida de tal poder. Sin embargo...¿estamos preparados para saber toda la verdad de todo? ¿Estamos preparados para las críticas más feroces, las malas primeras impresiones, o los sentimientos más fuertes? Yo me doy cuenta de que no.
La franqueza tiene un valor incalculable pero también valoro la compostura, las mentiras piadosas y los silencios.
Dicho esto, ya he pensado qué Super-poder sería ideal para mí: el Teletransporte. Poder ir de un lugar a otro, a países recónditos en tan sólo un segundo y volver a la normalidad de tu vida a los pocos minutos es lo que de verdad me sería útil. Al resto de Super-poderes le he encontrado algunas pegas pero tampoco es que le haya dado muchas vueltas. ¿Cuál sería el vuestro? Quizá me ayudéis a cambiar de idea...