3.10.09

No creo que sea cuestión de nacionalismo...



Hace tiempo que me dan una visión de los madrileños y en general de los españoles que nunca hubiese pensado que me dijeran. Hay gente que piensa que los nacidos en España son extremadamente nacionalistas. Yo no lo considero así, y no hay más que ver los problemas internos de intentos de separatismo que hay y que ha habido en la historia de este país. Quizá, como yo soy española, no me doy cuenta y tienen razón. He oído decir a gente que le sorprende mucho la mentalidad de que tenemos lo mejor y somos los mejores del mundo. No estoy de acuerdo, de hecho, este país se ha caracterizado durante mucho tiempo por ser la última "mierda" de Europa y nosotros nos considerábamos así, como un país retrasado que lo perdimos todo y la fuimos liando a medida que pasaron los años. Sin embargo, lo que es indudable es que cuando nuestra economía despegó nuestro ego también creció, y a medida que hemos ganado éxitos, por ejemplo, deportivos también hemos ido aumentando nuestro ego.

Cuento esto porque hoy, que no hemos sido elegidos ciudad olímpica, y ha vuelto esta conversación. Yo me he sentido defraudad con el Comité Olímpico Internacional enormemente y lo he hecho saber. La contestación ha sido que tenemos una mentalidad nacionalista y que por eso estamos decepcionados. No estoy de acuerdo, ya no es solo una razón de que los madrileños queramos que el nombre de Madrid resuene en todo el mundo, también es un sueño y una ilusión rota. Para tener ilusión hay que creer y querer a tu ciudad. Es un sentimiento, que si no se tiene, no se puede vivir este tipo de ilusiones. Sin ese sentimiento, no se pueden unir las manos de todos los ciudadanos para ganar un gran proyecto como era este.

Hoy, nos merecíamos los juegos olímpicos, y lo digo muy racionalmente como acostumbro a ser. Contábamos con la ventaja de ser la única gran capital europea que no había tenido nunca unos juegos, con el 77% de instalaciones construidas, con el ejemplo grandioso de Barcelona 92, pero sobre todo, con la ilusión que habíamos puesto desde hace ya varios años. Cuando se decantaron por Londres para los Juegos de 2012 nos dolió, pero esta vez ha sido aún peor, porque al echar a Chicago y Tokio teníamos el sueño más cerca que nunca. Sin embargo, como suele ocurrir en este tipo de cosas, no sólo vale un gran proyecto bien estructurado. También cuentan cosas como que Río de Janeiro será la primera ciudad de Sudamérica en albergar unos Juegos, la primera vez en la historia. También cuenta que Río es una economía en desarrollo que va a dar mucho que hablar en la próxima década. El COI quería volver a cambiar la historia como ya lo hizo al darle los juegos a Beijing. Lo ha conseguido, pero a costa de una grandísima candidatura como ha sido la madrileña.

Río lo hará muy bien, conseguirá hacer unos grandísimos Juegos Olímpicos, como siempre ha ocurrido en cada ciudad que ha sido privilegiada. Le vendrá enormemente bien a su economía, una explosión hacia lo alto. Ojalá hubiese venido aquí para ayudarnos a manejar la crisis y dar ese empujón a la economía de nuestra ciudad y de nuestro país.

Felicidades a Río de Janeiro. Personalmente me doy cuenta de lo mucho que va a ayudar a su población, a reducir la desigualdad y a hacer grandes obras que podrán aprovechar sus ciudadanos, además, entre el resto de candidatos era mi favorita. De hecho, yo ya había augurado que Río ganaría y por las razones que he dado anteriormente. Finalmente se han cumplido. Eso no quita que me parezca injusto.

Sí, estoy decepcionada y desilusionada. Se ha puesto tanto en esta candidatura que perder los Juegos duele en el fondo, por mucho pesimismo que hubiese. Pero la desilusión y decepción no es nacionalismo. Esta es mi ciudad, me gusta vivir aquí, me gusta su gente, me encanta la de gente que se ve en el centro y la multiculturalidad que se ve al sentarte en un banco de la Gran Vía. Adoro Madrid, aunque haya muchas cosas que no me gusten y se pueda mejorar. ¿Eso es ser nacionalista? No, es simplemente tener un sentimiento y un cariño especial. Y si alguien considera que por eso somos nacionalistas, entonces soy culpable.

Felicidades a Río de Janeiro!