3.9.08

Ahora..Cartas desde Bruselas...

En fin, todo llegó. Ya es hora de partir y no se cuando podré volver a sentarme para escribir unas palabritas. Sea cuando sea, ya no será en "Nadie es tan misterioso como se cree que es" (cómo me gusta esa frase!). Con tristeza hago un parón en el blog para continuar mis andanzas en otro nuevo...¿qué os pensabais? ¿que había abandonado mi afán de contaros cosas? Imposible!
A partir de ahora, todo lo que escriba estará en la siguiente página:
Un besito a todos, y que vuestros ojos me lean dentro de poco!

1.9.08

El romanticismo me quita el descanso...

Una botella de champán y unos rones de celebración y salió una conversación de la que no había hablado antes. Será por ello que no pensaba que hubiera gente que se postulara en el mismo lado que yo sobre el tema ya que parece que si no sigues las reglas del romanticismo no eres humano.
El tema elegido era el gran placer del sueño, pero alcanzado no en una cama solitaria sino con una persona a los pocos centímetros.
Me alegró saber que no era yo la única que a la hora de dormir sólo quiero descansar. Únicamente deseo cerrar los ojos, no pensar en nada y dejarme caer en el territorio de Morfeo. De hecho, si no, no consigo quedarme dormida.
Las largas conversaciones, el sentir gracias al tacto, el rozar con los dedos, unas manos anudadas, una cabeza recostada en un hombro...son momentos ideales para antes de llegar al REM o para primera hora de la mañana. Sin embargo, en el momento cúspide de relajación absoluta a mí me sobran. Al menos es mi más franca opinión y la de al menos otra persona que conozco, y no dudo que recibiré críticas y opiniones encontradas.
Esto me lleva a preguntarme si nos falta romanticismo. Tantas películas representando el mismo ideal de "dormir en pareja" que quieren que nos dejemos llevar por "lo que debería ser" aún no siendo práctico. Yo no creo que nos falte romanticismo a los solitarios buscadores de descanso. Una cosa no quita la otra.
No hay nada mejor en este mundo que te medio despiertes al sentir a quien quieres sentir a menos de un centímetro de ti, dispuesto a pegar su pecho contra tu espalda y a pasar su brazo para rodearte. Un momento único de cariño que siempre es bien recibido. Pero este momento llega cuando ya dos personas han conseguido el REM y no les costará volver a coger el sueño o quedarse en ese estado de relax absoluto que aunque no te duermas no podrías estar mejor.
Mi único problema con el romanticismo reside en el momento de coger el sueño. Todo lo que venga antes y después es una delicia caída del cielo.