29.2.08

¿La cultura nos rechaza?...

De vez en cuando te entra la inspiración y piensas... culturicémonos que eso siempre viene bien. En vista de que en el fantástico cumpleaños de Pepita Blanes empezaba a partir de las ocho y yo salía a las cuatro, ¿qué mejor que ir a una exposición interesante para hacer tiempo? Es lo bueno de estar viendo todo el día teletipos, que te enteras de todo o casi todo lo que se va a inaugurar en Madrid.
Una exposición sobre la Guerra de la Independencia nos esperaba en lo más profundo de la Biblioteca Nacional a Ari y a mí. Íbamos con esa ilusión de saber que veríamos algo curioso, importante y que además haríamos algo bueno para nosotras mismas. Escalinata para arriba del espectacular edificio y la señorita de información...Cuál fue nuestra sorpresa al descubrir que la exposición no estaba abierta al público hasta el día siguiente!! Menudos teletipos! No te avisan que es para prensa!
Desilusionadas bajamos la escalinata paso a paso conscientes de que nuestras dos horas de culturizarnos no iban a ser tan culturales. A los pies de la escalera cambiamos de idea..."pues ya que estamos aquí..vamos a entrar a ver la Biblioteca, yo nunca la he visto". De nuevo subida de escalinata...volvía la emoción a las dos próximas horas... y de nuevo la señorita de información. "Mire es que queríamos entrar a ver la Biblioteca porque ya que estamos..." "Uy, no, no, eso no va a poder ser...¿tienen carnet de investigadoras?" Ups...pues va a ser que la cultura rehuye de nosotras...
¿Cómo puede ser que un edificio tan importante y tan público no se pueda a entrar a ver? ¿Dónde se ha visto eso? Miren las películas americanas...miren La Búsqueda...ahí cualquier personajillo puede recorrerse Bibliotecas y edificios importantísimos y hasta robar constituciones! ¿Cómo nos vamos a culturizar si nuestras iniciativas son aplastadas contra las puertas? En fín... para que luego nos digan que los jóvenes solo queremos emborracharnos, drogarnos, ver la tele, jugar a videojuegos...eso se nos da muy pero que muy bien pero también queremos hacer muchas otras cosas.

24.2.08

05:00 ¿Pero dónde está?

Saliendo de fiesta uno se lo pasa muy bien...yo siempre me lo paso muy bien hasta que llega cierto momento de la noche...la vuelta. En ese momento en el que dices que ya te vas a ir a casa mi cuerpo sufre una transformación. Lo que antes era un "estos zapatos me están matando" al salir del local ya es "no puedo andar, me tendré que amputar los pies desde el tobillo, más despacio que no puedo seguir, vamos a parar un momento que necesito unos segundos, ¿y si me los quito y voy descalza?". Es como cuando vas a la guerra, te han herido y estás intentando llegar al hospital.
Anoche, saliendo de un pub mis piernas sufrieron la transformación. Pero eso no fue lo peor. En otra situación aguantas hasta que llegas al taxi y a descansar. Esta ver....había que buscarle, más que buscarle, encontrarle.
05:00. Santy y Saray. Localización: Avenida de Brasil. Dirección: General Varela. Objetivo: ENCONTRAR EL COCHE.
Tengo que reconocer que soy de las personas más pésimas en cuanto a localización y orientación se refiere. Pero aquella noche, sabiendo lo que podía pasar me apunté la calle y el número del portal en el que el coche había conseguido finalmente ser aparcado. Con los pies rotos (no os exagero, no conseguía avanzar más de 30 centímetros por paso) y medio lloviendo intentábamos lograr nuestro objetivo. Las calles absolutamente vacías. ¿Era esta por la que nos metimos? No estoy segura. ¿Pero esa calle tendrá que estar por aquí cerca, no? Sí, sí, si por aquí tiene que estar...pero dónde está? Era uno de esos momentos en los que los minutos se alaaargan y ves que nunca conseguirás llegar y quitarte los zapatos y ponerte esas geniales zapatillas de deporte que una chica siempre debe llevar consigo en el maletero. (Recuerden: siempre preparada para cualquier situación). Decidimos preguntar a un hombre que salía de su coche que nos dijo..."no os preocupeis que ahora mismo os lo miro en el callejero". La solución que nos dió no nos terminó de convencer así que decidimos pedir una segunda opinión. Tuvimos la suerte de dar con otro hombre que estaba en su coche preparado para irse. De nuevo nos sacó un callejero y nos dió la misma opción así que pensamos que los equivocados debíamos ser nosotros. A Santy le resultó muy curioso que todos llevaran callejeros en el coche. jajjaja. De hecho, la frase fue..."joder, aquí en este barrio todo el mundo tiene callejero". A lo que yo le respondí..."¿pero es que tú no llevas uno? Yo siempre llevo uno en el coche" (Recuerden: siempre preparada para cualquier situación). A mí lo que me sorprendió no era que lo llevasen sino que lo sacaran. Si alguien me preguntara que dónde está cierta calle creo que nunca me acordaría que tengo un callejero y que le puedo ayudar. Seguramente le diría..."uff, ni idea, debe estar por aquí, lo siento mucho".
A no se qué hora pero debía ser tremendamente tarde llegamos al vehículo perdido. Misión cumplida. Deportivas en los pies y a casa a descansar y a no pensar en lo terrible que fue.

20.2.08

Rotterdam...

Poco a poco se va creando...trocito a trocito...clip a clip. Este que está terminado es el de nuestras pocas horas en Rotterdam y horrible camino hacia Amsterdam, con atascazo holandés incluido. Por cierto, en el video se ve nuestra maniobra con el coche...es decir, la hazaña para que no nos robaran todo el equipaje...ya lo conté en otra entrada.


19.2.08

El salón del dolor...

Dolor físico, dolor mental y dolor interior...eso es justo lo que creo que me provocan las peluquerías. Es, no sabría cómo decir...el salón de los horrores. Uno sabe cómo entra pero nunca jamás se imagina cómo saldrá. Yo, como tantas otras, procuro pisarlas lo justo y necesario, más que nada para ahorrarme estas terribles sensaciones por las que una pasa allí.
Me hace gracia cuando los chicos se quejan de que tienen que ir a uno de estos "salones del horror"...ellos no viven la experiencia como nosotras. ¿Cuánto tarda un hombre en entrar y salir de una peluquería? ¿20 minutos? ¿Menos? Nada comparado con la cadena de acontecimientos a los que se enfrenta una chica en ese lugar.
Primero vas temerosa, como cada vez que dices " de hoy no pasa, tengo que ir a la peluquería". Antes de salir de casa te miras en qué condiciones estás ...¿de verdad es realmente necesario ir? ¿Pero qué es lo que me quiero hacer? ¿No tendré nada importante que hacer de aquí a unos días que la depresión post-peluquería me arruine? Reniegas...pero al final vas. Lo mejor es no pensarlo demasiado, simplemente hacerlo.
Ya estás en el "salón", ya no hay vuelta atrás. Una chica se acerca...¿qué te vas a hacer? Tú le explicas detalladamente qué es lo que quieres que hagan contigo...pero muy muy detalladamente, tanto que preferirías sacar una hoja y un papel y escribir paso por paso cómo han de hacer su trabajo para que no se les olvide. Sigues con miedo, pero aún no ha empezado...Estás sentada, con la batita de enfermo mental y esperas...vuelve otra chica y le vuelves a explicar con todo lujo de detalles qué es lo que quieres. Insistes, insistes mucho hasta que ves que en su cara se refleja que lo ha entendido un poco. Recalcas dos y tres veces..."sólo sanear, las puntitas, vamos dos dedos...o menos".
Para aquellas afortunadas que no experimenten con su pelo la siguiente experiencia se la saltarán cada vez que vayan al "salón", pero en mi caso...soy de esas masocas que hay sueltas por el mundo. Llegan las mechas! Esta es una experiencia de dolor físico y dolor mental. Primero llega el dolor físico. Tu peluquera reparte proporcionalmente todo tu pelo en diferentes secciones recogidas con pinzas y comienza la acción. Mechones por aquí, mechones por allá, ahora suelto una pinza, ahora te tiro del pelo...las peluqueras no se dan cuenta de que tu cuero cabelludo es más sensible en ciertas zonas...y que que no te haya dolido mucho cuando te tiraban del pelo en la parte de la nuca no significa que no se te salten las lágrimas cuando te tiran del pelo que hay justo por encima de las orejas. Una vez has pasado el dolor físico llega el dolor mental. Tienes la cabeza llena de papel de plata (sí chicos, de ese que vuestras madres usan para tapar platos, cubrir comida para congelar...), eres como un extraterrestre o una cabeza llena de paneles solares...y allí te dejan para que las mechas empiecen a "subir" y obtengas el color deseado. Este es el inicio del dolor mental...yo siempre pienso...¿y si se pasan del tiempo y lo que era un rubio dorado pasa a ser un rubio Britney Spears? O peor, ¿y si se pasan más que demasiado y se me caen a cachos los mechones envueltos en papel? Buscas la mirada de tu peluquera...ella está ocupada...pero tú insistes...que alguien te mire la cabeza!! ya han pasado 20 minutos y me sé toda la vida de la Pantoja, Ana Obregón y Pipi Estrada!!!!
Siguiente paso...al lavabo. Este es puro dolor físico del bueno. Siempre crees que estás preparada pero no, nunca lo estás y después de pasar por allí te dices a tí misma: "no vuelvo a venir aquí nunca jamás, me corto yo el pelo en casa". Inclinas la cabeza hacia atrás...no te duele nada, solo tienes miedo...empiezan a quitarte los papeles de plata tirando de ellos de manera que tienes ganas de decir.."Ejem..ejem...DUELE! PODRÍAS HACERLO CON MÁS SUAVIDAD?" Pero tú aguantas ahí como una jabata. Empieza el primer enjabonado...empiezas a sentir molestias en el cuello...tu hueso de la nuca se choca con el lavabo y el dolor comienza a ser más intenso...rasca por aquí, rasca por allá y te han dejado el cuero cabelludo destrozado. Cuando empieza el aclarado tu cuello ya no puede más y estás deseando que esa tortura cese....pero no, queda la segunda enjabonada. No sabes que hacer, te poner rígido del dolor, agarras la revista que tenías en las manos con fuerza y la estrujas. ¿Dónde están esos masajitos que antes te daban en la cabeza cuando ibas al lavabo? Desaparecieron, ahí no tienen piedad. Malditos!
Después de un largo periodo desnucada que pensabas nunca acabaría...al final termina, pero tú no puedes casi ni levantarte del lavabo y volver a poner la cabeza en su posición correcta, en vertical. Ahora llegamos al momento clave...te miras al espejo...¿es el color que tú querías?Sea cual sea el color que te pongan nunca será el que tú te estabas imaginando que sería...quizá se parezca...pero no es el que tú te estabas imaginando que querías lucir. Comienza el corte...."señorita sólo las puntas, pero sólo las puntitas, un dedito a lo sumo vale?" Digas lo que digas y te pongas como te pongas la peluquera te cortará lo que a ella le parezca. No entiende que te estás desprendiendo de una parte muy querida de tí a la cual tenías mucho cariño y con la que te identificabas tremendamente. Tijeras por aquí y por allá y a tí siempre te parece que ese patrón de lo que es un dedo para ella no es el mismo que para tí. Tú no dijiste el dedo de un gigante, dijiste uno de tus dedos. (Igual tenías que habérselo enseñado, pero ya es tarde). Ya te han cortado el pelo. Otra regla: te corten como te corten el pelo, a tí nunca te parecerá lo que te habías imaginado...quizá se parezca...pero nunca será lo que tú pensabas. Y sin más, entra el tercer dolor en discordia...el dolor interior...¿me acostumbraré algún día a esto?¿pero cuánto me va a tardar en crecer? ¿y mañana qué hago?¿me pongo una coleta? En fín, nunca aprenderemos. Mi pelo ha quedado hoy así...más corto...más rubio de lo que me imaginaba.

17.2.08

Mamá, quiero ser artista...

Cómo nos gusta hacer que formamos parte del mundo de la farándula. En cuanto podemos un micrófono en mano y unos sombreritos y ya somos cantantes profesionales. A pesar de los primeros problemillas con los que nos encontramos los becarios a la hora de montar el Sing Star, finalmente lo logramos! Este es el resultado. Sorprendente la actuación de Alba que se metió muchísimo en el papel.jejej.

16.2.08

Mil Sonrisas...

Noto que últimamente se está perdiendo en mi rostro. Es de las peores cosas que pueden ocurrir porque creo que si algo me caracteriza es ella, la sonrisa...la alegría y lo positiva que intento ser en la mayoría de las ocasiones. He oído mucho decir.."es que tú siempre estás feliz". Lógicamente eso no es verdad, nadie puede estar siempre feliz a menos de que esté colocado, a mí de momento no me ha dado por ahí.
No me gustan los cambios. Me asustan, me intrigan y provocan curiosidad pero me perturban demasiado. Es por ello que vivo últimamente en una noria en la que sube y baja mi estado de ánimo según el día. Eso no me gusta. Yo no soy así, soy mucho más estable y continua que eso. Hoy he estado viendo fotos...fotos en las que me reía, en las que mostraba una sonrisa abierta y franca (aunque sé de alguno que no pensará lo mismo y me recordará que en una foto solo puede aparecer una sonrisa superficial). Cualquiera que haya pasado un tiempo conmigo sabrá que esto es lo que soy y así es como me gusta ser. Me gusta verme con una sonrisa en los labios y me gusta ver al resto de gente con otra sonrisa cómplice.

.

Reflexiono y me doy cuenta que la gente tiene razón, y me doy cada vez más cuenta de lo que se me estaba olvidando y mis amigos me recuerdan...Cuánta gente querría estar en tu situación...Tienen razón. Nos quejamos demasiado y a veces perdemos la perspectiva de las cosas. No vemos la suerte que tenemos para ciertas cosas pero lo que consideramos malo se nos viene demasiado grande. No me gusta. Quiero volver a en cada minuto tener algo por lo que sonreir.

12.2.08

El día que no te puede pasar...

El día que algo no debe pasarte...ese día es el que te pasa. Hoy he vivido la Ley de Murphy en toda regla. Todo aquello malo que no te pase cualquier otro día te pasará en el peor momento del mundo.
Hoy era uno de mis días de "nada malo debe pasar". Esos en los que tienes algo importante que hacer y te has preparado para la ocasión. Salía esta mañana de mi casa con lo mejor que he podido hacer conmigo misma pensando en lo que tenía que hacer por la tarde. Estaba toodo pensado. Lo había pensado todo tan bien que hasta había optado por un zapato que no me fuera a destrozar los pies para la ocasión. No podía haber ningún percance, o eso era lo más importante para mí en aquel momento.
Me tocaba comer sola, pero eso no suponía un problema. Con mi periódico en la mano, sujetando la agenda y el bolso opté por un restaurante chino. Barato y con ese arroz que tanto me encanta. Decidí acudir al único restaurante chino que había probado y que no me había matado..."El Buda Feliz". Me dirigía hacia allí y me sumergía en una callecita la cual no me gustaba nada de nada. A pesar del tránsito de la Gran Vía, las calles de detrás no son tan geniales y tan concurridas. Por donde yo me estaba metiendo, las obras y la gente "rara" hacían que quisiera llegar cuanto antes al Buda Feliz. Iba andando deprisita cuando de repente....pero qué? HE PERDIDO MI ZAPATO! ¿PERO CÓMO ES POSIBLE?
En esta vida, llevar un tacón de 35 centímetros como el de la foto y que se quede atascado entre dos baldosines es una puñeta, pero que se te quede un mini-tacón metido entre dos baldosines es una mala suerte de pelotas. La acera había decido secuestrar a mi zapatito y mi pie se había deslizado de tal manera que lo perdí y a punto estuve de pisar el frío suelo descalza. Menos mal que me di cuenta a tiempo y con unos pequeños saltitos volví al lugar del secuestro. Introduzco el pie en el zapato y con la fuerza de mi pierna intento soltarlo....IMPOSIBLE. ¿PERO CÓMO PUEDE SER? El tacón se había quedado incrustado de tal forma que no había manera de sacar el zapato de entre las baldosas. De repente...oigo una voz....una voz muy desagradable...que medio tartamudeaba...que se me acercaba...me entra el pánico...el zapato no se suelta...lucho por recuperarlo...la voz sigue gritando detrás de mí: "Se te ha quedado un zapato..."...no quiero mirar...solo quiero irme con mi zapato puesto y en buenas condiciones (solo me faltaba cargarme el mini-tacón!)...se me ocurre mirar hacia atrás mientras continúo mi enfrentamiento con las baldosas...ese hombre me da miedo...parece un disminuido psíquico (no quisiera ser frívola pero es la realidad)...sigo luchando...el hombre se acerca..NOOOOOOOOOOO....Y consigo sacar el zapato!!!! Había sigo una situación absolutamente cinematográfica. Rápidamente y con toda la dignidad de aquel momento (tenía al público expectante en mi hazaña con el zapato) fui lo más corriendo que pude al Buda Feliz.
Cualquier día normal, esto se hubiese quedado ahí, pero como tenía que hacer una cosa por la tarde la Ley de Murphy actuó..."Si algo puede ir a peor, no lo dudes, lo irá". Bien, pues os cuento la segunda situación cómica a la que me he tenido que enfrentar en el mismo día. Me encontraba a tan solo unos minutos para encontrarme con quien tenía que encontrarme y todo debía estar perfecto para que yo al menos me quedara tranquila y satisfecha. Al faltar un poquito de tiempo, me siento en un asiento de piedra de la Plaza del Museo Reina Sofía, dejo mi bolso, dejo la agenda y cojo el periódico. Qué buena idea aparecer con un diario en la mano, pensaba yo...da ese aire de intelectual y persona seria con la que la persona que me esperaba querría dar. Cuál es mi sorpresa cuando...¿PERO QUÉ?!!UNA PALOMA HA CAGADO LA PORTADA DE MI PERIÓDICO!!! INAUDITO!! El caos se apodera de mí por unos segundos...no podía llegar con un periódico con sorpresita en la mano!! Bien...para unos segundos...reflexiona...ya está! Muy práctica yo, abro el periódico por la mitad, y le doy la vuelta. De esta manera la cagada de la paloma quedaba en las páginas interiores y fuera quedaba la primera de nacional, como si fuera mi portada, como si me hubiesen pillado leyendo justo esa parte. Pero ahí no acaba la historia (recordad la Ley de Murphy). Me levanto, cojo el bolso, voy a coger mi agenda ya para irme y...SORPRESA! en la agenda también hay sorpresita!! No me podía estar pasando a mí. Con pocos minutos por delante, saco un clinex y me lío a quitar hasta el más mínimo rastro de excremento de ave. (Puñeteras palomas!) Ahora que ya estoy en casa tengo que buscar la manera de desinfectar mi agenda. De hecho, me voy corriendo! Esto es prioritario.

11.2.08

Viejas tradiciones...

Me veía hace unas semanas un amigo el anillo en la mano. Un precioso solitario que me regaló mi madre. Íbamos en el metro y me preguntó..."Pero ¿cómo se te ocurre llevar eso? Yo te veo eso en el dedo y no se me ocurre acercarme a tí!".
Hay gente que dice fijarse mucho en las manos, otros eligen otra parte del cuerpo en la que fijarse. Yo las manos..la verdad que me fijo en ellas no como algo principal. Unas manos horribles te sorprenden negativamente pero tanto como para ir a un pub y darme cuenta de si en las manos se llevan anillos...pues no. ¿La gente sigue mirando las manos para saber si llevan símbolos de posesión? Quizá antes sí que se podía saber quién estaba disponible y quién no en el mercado del divertimento, pero hoy...la gente se compra anillos porque quieren, le regalan alianzas sin significar nada...¿cómo podemos saber si un anillo significa un compromiso y "una promesa de fidelidad" o simplemente nada?
No me parece que sea una buena idea dejarse llevar por los símbolos que antes eran tradiciones, porque las cosas cambian, y excepto las alianzas de oro, creo que ningún artículo de joyería tiene un significado expreso como ocurría antes. Además, ya no es eso...¿cuántos y cuántas "enamorados/as", que han prometido respeto y fidelidad, que llevan marcas de ese "amor" en el cuerpo, llegan a un bar y se les olvida que tienen pareja? No es una buena guía para el arte de la seducción hacer caso a las antiguas tradiciones hoy en día. Las cosas, mejor dicho, algunas cosas han cambiado mucho.

9.2.08

Curiosos atascos...

Primeramente...gracias a todos los que os acordasteis. En serio, me hizo mucha ilusión y si no os contesté a todos fue porque estaba un poco saturada, pero os lo agradezco igual. Habéis conseguido entre todos que cumplir 23 años no haya sido tan horrible como me estaba pareciendo (tengamos en cuenta que yo estaba muy habituada a los dos patitos y no me ha hecho especial ilusión cambiarlo). Una mención especial a Spartano: Mil gracias, hoy lo he visto y me ha encantado. Ha sido toda una sorpresa! Estás en todo! La canción y el directo es genial aunque te diré que cuando lo ví pensé que era otra canción...una que me enviaste una vez cuando empezábamos a conocernos y que me encantó...."Tienes los ojos más bonitos que yo haya visto jamás..." Me encantó. De hecho, de vez en cuando la escucho, que lo sepas. Bueno pues igualmente, me ha encantado! Muchas gracias.
Pero a parte de esto, hoy no os quería hablar del cumpleaños (aunque me he visto obligada a hacer mención por la presión de Yoli, jajjajjaja.). Hoy de lo que quiero hablar es de los atascos en carretera.
Con mis horarios antiguos, la verdad es que se me había olvidad lo que eran los atascos. No tenía que madrugar en exceso y la carretera de Valencia eso lo nota. Sin embargo, con los últimos cambios en la rutina vuelvo a las filas de coches parados a las 8 de la mañana. Hoy, de vuelta de un examen y a causa de un accidente me he tenido que deleitar con otro. En vista de que iba para largo, de que al haber acabado los exámenes ya no tenía prisa por ir a estudiar y de que desesperarse en el coche no lleva a ningún sitio...me lo he tomado con mucha filosofía. Para matar el tiempo he llevado a cabo una seria investigación sobre qué hace la gente durante los atascos. Os recomiendo que probéis a hacerlo, es muy divertido y curioso (también cotilla, pero eso lo que menos). Tenía controlados los tres espejos del coche para no perder de vista ninguna situación en el interior de los coches que me rodeaban. He visto de todo...e imaginando...imaginando...también me he puesto a recordar qué he visto hacer a la gente parados a la espera de que el señor semáforo pase a verde, o cuando miras el retrovisor y ves al coche que te persigue...
Hay gente que le da por cantar. Son esos conductores que suelen ir solos en el coche, con la radio a todo meter y, por supuesto, sin saber que están siendo observados. Además hay cantantes de todo tipo...los que tímidamente tararean y los que efusivamente gritan, mueven la cabeza de atrás a delante y dan golpecitos en el volante.
Hay conductores modestos...estos son los que según se paran, bajan el espejito de "esto que te quita la sombra y no recuerdo el nombre" y se miran y se miran. Incluso alguno hay que ejerce de esteticien y se realiza una ligera limpieza de cutis o se da los últimos retoques cual tocador. Eso por supuesto, también sin saber que están siendo observados.
Los hay conductores caga-prisas...estos son los peores en carretera y mucho peores en atascos o detrás tuyo en semáforos. Estos individuos consideran que su tiempo es oro, pero el tuyo no. No entienden que tardes dos milisegundos en pisar el acelerador para andar medio metro y volver a pisar el freno. Les miras y están despotricando y cagándose en la familia de todos los ineptos que hay allí parados. Estos conductores algún día morirán del puro estrés de un ataque al corazón, pero habrán tocado tanto las narices que nadie querrá bajar a ayudarles.
Los hay conductores-comunicadores. Estos son de dos clases, los legales y los ilegales. Los legales tienen un sistema de teléfono conectado como marca la ley en el coche y hablan al aire. Ríen, se enfadan, se preocupan...y son esos que no se está seguro de si son conductores-cantores o este otro tipo de individuo. También tenemos a los conductores ilegales...estos son los que cogen el móvil y se lían a hablar sabiendo que está prohibido prohibidísimo. Dentro de los comunicadores ilegales se distinguen dos clases: los conscientes y los inconscientes. Los inconscientes piensan que en atasco se puede coger el móvil y hablar porque el vehículo está parado (verás lo que se van a reír cuando lleguen los señores de verde), y los conscientes saben que está mal e intentan disimular. Este acto se ve claramente cuando giran el cuello consiguiendo un ángulo perfecto que posibilite aguantar entre el hombro y la cara el móvil y poner las manos en el volante, otra manera es con la mano en forma de "cayuco" agarrar el móvil de tal manera que no sobresalga de la mano y nadie vea qué es lo que tienes ahí, y un tercer caso que solo lo pueden realizar los individuos con pelo largo...consiste en que el cabello tape de manera perfecta tu mano y el móvil. Como se puede ver, hay mil maneras inventadas.
De momento lo dejo ahí, pero continúo la investigación. Creo que por hoy, con tres clases de conductores es suficiente.

6.2.08

Simplemente Nube...

Nube es la cosa más bonita que hay en este mundo y el peor dolor de estómago a la vez. Es una relación amor-odio continúa. Tiene esa carita y esos ojitos que cuando te miran solo puedes sonreir. Es enorme y tiene un pelo de peluche que cuando la abrazas no te llegan casi las manos para rodearla. Es cariñosa y con ganas de jugar a todas horas. Y lo más importante, estoy convencida de que si tuviese que tumbar a alguien que nos hiciera daño no dudo que lo haría. Pero...también...tiene una fuerza sobrenatural que no consigue controlar. Eso ha provocado caídas, heridas, caras de terror...su juego se basa en salir corriendo y toparse contigo, igual que estar jugando a los bolos. Pero no es lo mismo que un pequeño y adorable perrito juegue a eso a que lo haga Nube. Cuando ves venir esa masa blanca directa hacia tí con cara de animal totalmente descontrolado solo puedes hacer una cosa...rezar! En mi casa hemos adoptado una técnica muy sencilla para cuando Nube tiene ganas de jugar. En el momento que ella empieza la carrera hay que gritar: ¡PAAAAREEEED!!! Entonces todos los que estén en el jardín han de pegarse a cualquier pared que tengan cerca y no moverse lo más mínimo. Es la única manera de la que te puedes salvar de una caída segura. Nube me ha arrastrado por la carretera los metros que han hecho falta hasta que la correa se me ha soltado de la muñeca ( y os aseguro que yo estaba agarrada a una farola, pero ni con esas), me ha empujado contra una columna desgarrándome los brazos, me ha roto ropa, me ha manchado con sus enormes patas cada vez que he entrado a verla, me han despertado sus ladridos a las 8 de la mañana de un día de descanso...en fín, lo que yo digo, una relación amor-odio. Sin embargo, me pongo a mirar las fotos y no cambiaría ni un segundo de estar con Nube. Porque al final lo bueno siempre pesa más en la balanza.

5.2.08

La persona más importante del mundo...

El último libro que me he leído decía que debemos enfrentarnos a las personas con las que nos vamos encontrando como las más importantes del mundo. Da igual que sea tu amigo del alma o alguien que te pide fuego en la calle, resume el libro que debes considerarlo como la persona más importante del mundo y que has de actuar como tal. Hay tres posibilidades en tus contactos con la gente:

1-que después de hablar con ellos les dejes peor que antes de relacionarte con ellos.

2-que se marchen sin más si no les has prestado atención y les has tratado con indiferencia.

3-que se sientan más alegres y más contentos consigo mismos después de haber dado contigo.

Me resulta una buena teoría aunque sin sacarla del tiesto, por supuesto, que ninguno somos una ong andante. No es que tengamos que ir alegrando la vida del resto del mundo, pero...¿no es agradable cuando preguntas algo y te contestan con una sonrisa? ¿no es mucho mejor que una mala mirada como la que tiene mi amiga en la foto?jajjaja. Es broma Vero, tú siempre eres la alegría de la huerta!
A lo que iba. Se hable con quien se hable no hay mejor manera que mostrar una sonrisa. Primero porque estoy convencida de que aquellos que pasan el día sonriendo son más felices y disfrutan más que aquellos serios y amargados (alguno pensará que hay gente que finge muy bien pero, ¿se puede estar toda la vida fingiendo?; y segundo, porque también puedes sacar una sonrisa a la persona que tienes en frente y hacer que se sienta mejor. Yo me lo propongo cada día, excepto aquel en el que la mala leche puede conmigo, pero eso suele ser cada vez en menos ocasiones.

2.2.08

Noche de chino y pacto...

Empieza a convertirse en tradición las cenas a base de chino en casa de los gallegos. Empieza a convertirse...y que se convierta, por favor!! Qué buenos recuerdos quedan de esas charlas frente a tarrinas de comida.. y es que...cómo nos gusta filosofar!Cualquier tema nos vale, ya sea propio o ajeno, ya sea político, económico, cultural o social...siempre salen de ahí buenas reflexiones. Yo destacaría que lo mejor de los debates entre amigos es que te hacen preguntarte cosas que en otro momento igual no contestarías ni te preguntarías. Es decir, te obligas a ponerte en la piel de otra persona o te sitúas mentalmente en nuevas circunstancias que siempre son buenas para reflexionar. Aunque, eso sí, no pierdo la perspectiva...todas las suposiciones y opiniones son temporales y hasta que no te ves tú en las circunstancias no sabes cómo reaccionarás a ciencia cierta.
No solo hubo chino e interesantes debates, también hubo pacto. Un pacto que hay que obligarse a cumplir (es decir, yo me tengo que obligar a cumplir). Un pacto de palabra de tres personas, las únicas que se animaron a seguir la fiesta por Madrid de todos los comensales de la mesa, que entre copa y copa acordaban una visita que representa una deuda. Pero la Semana Santa será momento de saldarla y cumplir tras años rondando esa idea en la cabeza. Se espera sea la deuda a saldar interesante, divertida, de desfase pero también de conocimiento. Para ello habrá que empezar a entrenarse cada fin de semana para dar la talla. Ya estamos bajo aviso y no queremos vernos sorprendidos. Si queremos el control de la situación en cualquier momento de esa deuda a saldar será necesario un entrenamiento a conciencia. Todavía hay tiempo. La misión no ha hecho más que comenzar.