27.5.09

Me quieren criogenizar



El calor está de carrusel. Un día nos asamos a 32 grados y otro nos pega una bofetada y bajamos a 15. Este estrés de qué leches hará durante el día no acaba para mí desde la ventana de mi casa pensando si llevarme abrigo o tirantes.
Ahora que llego a la oficina, mi querida compi Rosana ha debido de pensar que estaría yo mucho mejor si soy criogenizada. Eso es lo que ocurre con el aire acondicionado. Yo no sabía que era una persona friolera hasta que me comparé con Rosana. Siempre tiene calor. Aún no puedo entender que yo esté temblando frente al ordenador y ella tan feliz en tirantes.
El aire acondicionado no es bueno. No nos engañemos. O hace falta recordar los miles de resfriados en pleno agosto por tener que sufrir semejante frío en los centros de trabajo?. Pero si hay días que estoy deseando salir a la calle para sentir calorcito!!!
Gracias a Dios, como me ven congelada, me empiezan a tener en cuenta y no ponen a todo meter el aire. Encienden uno de los 6 que hay en nuestro pequeño espacio dedicado para Grandes Cuentas.
Voy a tener que abrir un grupo en Facebook en contra del puñetero aire acondicionado que nada bien hace a nuestra salud.
Lo único bueno que saco de todo esto es que se me va a quedar una piel fantástica y voy a parecer más joven.

19.5.09

Teoría del caos

Para bien o para mal nuestras vidas, y no sólo la mía aunque a veces me lo parezca cuando no consigo ver más allá de mis narices, son una teoría del caos. Según la explicación que me da wikipedia sobre este término he descubierto que lo puedo trasladar a la vida de cualquier persona. Bien, ¿por qué? Porque si el caos significa orden que es impredecible, así es la vida. Podemos tener un montón de situaciones iniciales que deberían tener un orden establecido pero que el minimísimo cambio en las variables consigue resultados absolutamente distantes de lo que se pensaba que ocurriría.
Fíjate que yo hace un año tenía unas variables y un orden que quería seguir que ha acabado tras 12 meses de forma absolutamente diferente a lo que habría pensado que pasaría conmigo. Es irónico oír decir a la gente que tienen las cosas claras, que tienen unos principios cuando no se sabe qué puede ocurrir ni siquiera al día siguiente.
Somos víctimas de los avatares de las circunstancias y de la aleatoriedad de las cosas que nos rodean. Hoy dices que piensas una cosa y mañana dudas que lo sientas. Hoy tienes un objetivo y mañana se cruza uno que ya te hace desviarte del primero.
Si los resultados dependen del Efecto Mariposa...¿cómo vamos a estar seguros en ninguna situación? Si el aleteo de una mariposa puede provocar un tornado, ¿cómo podemos predecir las mínimas variables que nos rodean para poder evitar cosas que no nos gustaría que pasaran?
Efectivamente, es un caos y es impredecible, por lo que somos tan vulnerables como una plumita entre las mareas de aire.

18.5.09

Cabrear vs Doler

Hay una enorme distancia entre las cosas que te pueden cabrear y aquellas que te duelen. No es la misma la reacción de la persona afectada, no es la misma forma de resolver ambos problemas y no es lo mismo las consecuencias que traen.
Seguramente yo me pueda cabrear por mil tonterías. Si hay incidentes que no espero, me sientan mal y me lo tomo muy a pecho. Pero lo bueno, es que se me pasa relativamente pronto. Simplemente necesito un poquitito de tiempo y que una situación me obligue a reírme y se me pasa y vuelve la normalidad. En cambio, cuando las cosas duelen, se vienen las cosas muy negras, tanto que incluso la radicalidad me lleva a pensar que no hay manera de arreglarlo. A veces creo que ese sentimiento de distancia entre dos puntos de un abismo no se van a poder a acercar ya, no como antes.
Una vez que intentas arreglarlo con las cosas un tanto más calmadas, incluso ahí no están las cosas como serían momentos próximos anteriores. Después del dolor las palabras ya no tienen tanto valor como tenían antes. A mí ya no me suenan igual, de hecho hay palabras, frases y cumplidos que me hacen sentir incrédula y los rechazo...me suenan a un pasado cercano...a tiempos mejores, incluso si es muy posible que sean verdad. Es solo que no las siento al oírlas.
Quizá sólo el tiempo cura las heridas que aún están abiertas. Pues entonces habrá que esperar a ver cómo se van llevando las cosas. Habrá que esperar a ver si me voy derritiendo, porque eso sí, en mí hay un punto de conexión entre el cabreo y el dolor que es el hielo. En cualquiera de las dos situaciones soy una princesa de hielo al actuar con la persona que ha sido causante de mi ira o de mi decepción. De hecho, hay momentos que creo que pierdo el sentimiento de la compasión, lo tengo completamente congelado, como congelados están todos mis gestos, mis muecas, mis sonrisas. Son escarcha.

5.5.09

Entonando el mea culpa


Me coloco la letra escarlata. Hoy será la O, de orgullosa, pero en el sentido negativo. Soy una de esas tantas personas en el mundo que son orgullosas y cuando se enfadan ponen morros y piensan "pues yo no pienso llamarte, así que serás tú el primero".
Hoy, que he vivido una situación extraña de las que no suele haber nunca con Peter Pan, he conseguido algo positivo. Me he comido mi orgullo y he actuado correctamente antes de que de un grano de arena se haga una montaña del desierto.
Cuando, sin apenas despedirnos por un error mío y un situación de estrés suya, me he subido al coche llevaba los "morritos". Estaba enfadada por lo que estaba pasando, de no entender el porqué de su queja. Pensaba eso tan típico en mí..."pues vale, ahora a ver quién da el siguiente paso". Iba convencida de mantenerme en mi posición hasta el final de los tiempos y cuando recibiera más explicaciones entonces ya se me pasaría. Sin embargo, en el corto trayecto que recorría el coche me he arrepentido. No quería irme así, no quería irme enfadada y no quería que él estuviese enfadado. Comiéndome mi tremendo orgullo he vuelto al portal del que minutos antes salíamos y ahí me quedado, con el coche parado, sin saber qué iba a decir o qué iba a hacer, sin saber si él volvería al portal o tenía otros planes y yo estaba allí parada haciendo nada y esperando a nadie. Pero la suerte ha estado de mi parte y al ratito ha aparecido caminando hacia allí.
Cuando salía del coche aún no sabía qué iba a decir. Mi orgullo me exigía una disculpa rápida y vuelta al coche, sin más. Pero me he quedado esperando una reacción en su cara.
El comerme mi orgullo me ha permitido solucionar el problema en el acto, comprender a la persona que tenía en frente y lo que me estaba diciendo y volver a casa con una gran sonrisa. La misma que cuando horas antes le veía perdido buscándome entre la gente.
Lección del día aprendida.

2.5.09

Penitencia cinematográfica

Cuando te portas como una mala novia tienes indudablemente que cumplir una penitencia. En mi caso, la penitencia tiene que ver con el cine. Es una de las cosas que representan una buena compensación ya que él sabe lo que amo el cine y lo que detesto ir al cine a ver una película que no me gusta. Por lo tanto, ¿qué mejor forma de decir que me he equivocado que renunciando a una buena sesión en una butaca para meterme en una sesión de cine de acción que no me llame nada de nada?
Efectivamente, así ha ocurrido hoy mismo, que no he sido una buena novia y (así como quien no quiere la cosa) me ha dicho mi Peter Pan que cuánto de horrible sería ir a ver "Lobezno" con él. Siendo consciente de que yo tenía que pagarlo de alguna manera que no me gustara nada (pues si no hay sufrimiento menuda recompensa sería..) he tenido que aceptar con buenísima cara, algo que le habrá hecho muy feliz.
No tengo nada en contra de la película, pero no es en absoluto algo que entraría a ver en una sala de cine. Reconozco que muchas veces me trago películas terribles, pero todo género en el que solo salen coches y carreras, o tiros y explosiones sin argumento que lo sostenga, o de monstruos por decirlo de alguna manera...no me van.
Tengo la suerte de haber dado con un chico al que no le interesa demasiado el fútbol, pero sin embargo, nuestra guerra con la cartelera supongo que será continua. No solemos coincidir demasiado cuando decidimos una tarde de cine. A pesar de ello, he de decir en su favor, que él ha venido conmigo más veces a ver películas que yo quería ver que al contrario. Es la suerte de ser chica y de que quieran complacerte siempre que sea posible. jijij.
Mañana cumpliré mi penitencia con una sonrisa de oreja a oreja y viendo lo feliz que estará al saber que me sacrifico a ser arrastrada a ver la peli. Al menos tendré a Hugh Jackman para darle algo de motivación a la peli. jej.