22.12.08

Cosas que nunca cambian...

Estos días de vuelta a Madrid me han dado tiempo para profundizar en esas cosas que pase el tiempo que pase siguen siendo iguales. Da igual que haya estado lejos, viviendo mil cosas, da igual que pasen años y años, da igual que pasen generaciones y más generaciones...todo sigue igual.
Os hablaré de tres casos en los que me he dado cuenta que no debemos preguntarnos la razón que las explican. Son tres situaciones que todos habréis vivido, al menos alguna de ellas.
  • Empezamos por el caso 1. Este no es aplicable a todo el mundo, pero los que tengáis hermanos pequeños seguramente lo recordaréis con cariño. Como cada año, llegan las navidades y mis padres preparan algún regalo sorpresa para mi hermana y para mí. Como cada año, yo voy de acompañante para elegir el regalo sorpresa de mi hermana (no se si ocurre igual en el otro caso, más bien me atrevo a decir que no). Como cada año, mi hermana empieza a investigar qué podrá ser cuando se ha cerciorado de que ya está comprado. Y como cada año, yo la vacilo todo lo que puedo y más. Este año, la trola que la he colado ha sido grandiosa. ¿Es que no me conoce ya lo suficiente para darse cuenta que esto es una cadena repetida Navidad tras Navidad? Parece ser que no, así que yo sigo disfrutando de esos grandes momentos y las caras de mi hermana al ir descubriendo falsa información. Debido a la lata que he tenido que soportar en mi oreja mientras yo intentaba centrarme en conversaciones de Messenger he decidido empezar con la maniobra maestra. Su primer gran momentazo ha sido cuando me ha preguntado si era algo que ella quería tener, que si lo había pedido alguna vez. Yo he contestado que no, a lo que su cara ha respondido con los ojos salientes como platos y la pregunta "¿No lo he pedido nunca??" Con una vocecilla de asombro y terror mezclados en uno. Ahí ha comenzado a preguntarse en alto mientras yo me partía por dentro que cómo entonces sabían que la iba a gustar, que igual era un horror y que qué cara iba a poner. El segundo momentazo ha sido cuando la he soltado que lo hemos comprado en el Toysus. Esa sí que ha sido buena! Yo no podía parar de reír y ella gritándome que cómo se nos había ocurrido comprar un juguete si ella tenía 16 años!! Yo la he intentado convencer de que hay un montón de cosas para gente de su edad en el citado comercio. Y el tercer y último momentazo ha sido cuando me ha dicho: "Por favor, no me digas que habéis comprado un juego de mesa". Y yo he cerrado la boca y he mirado para abajo. La pobre estaba desesperada pensando cómo iba a abrir el regalo y a decir que no quería eso, que cómo se nos había ocurrido!!. La trola sigue adelante y yo me lo paso bomba en el trayecto.


  • La segundo caso es para chicas y todas se sentirán identificadas. Pongámonos en situación: dos jóvenes muchachas volviendo a las 5 de la mañana de una discoteca en dirección a sus casas. La pregunta es: ¿por qué siempre, y digo siempre, el típico grupito de chavales que andan descarriados por la calle tienen que hacer algún comentario absurdo para hacerse notar? De 3 grupos con los que nos cruzamos Vero y yo la otra noche, todos tuvieron que hacer un comentario. El primero era gracioso: "Vaya hombre, ¿ y ahora vais para allá, justo cuando nosotros ya nos vamos?"; el segundo era sobrado: "Vaya...Vaya...Vaya par de mujercitas por la calle....Madre mía..." (esto a grito pelao por si alguien no se había enterado). Con este, yo le decía a Vero: "Menos mal que han dicho Mujercitas y no Mujeronas, con lo que nos estarían llamando gordas"; el tercero y último eran "los ayudantes": "Chicas, vais para casa? necesitáis ayuda o alguien que os acompañe?" Aquí yo me preguntaba y hemos decidido un día ponerlo en práctica qué harían los dos muchachos que lo dijeron si llegamos a decir que sí, que necesitamos ayuda urgente y ellos son los adecuados, que se nos ha pinchado una rueda del coche y vamos a necesitar de su inestimable colaboración".

  • El tercer caso me lo trajo a la memoria Inma la otra noche. Situación: te vas a probar algo de ropa y le preguntas a tu madre que qué la parece. Contestación: "Pues es muy gracioso". Mal! Como bien decía Inma, cuando te compras ropa no quieres parecer graciosa, quieres parecer otra cosa menos infantil y casta. Hubiera valido un guapa, sexy, fantástica...pero graciosa...graciosa NO!. Graciosas son las niñas con sus vestiditos de canalé.

4 comentarios:

Yoli dijo...

Vuelta a lo bueno, vuelta a España!!! Echabas de menos los piropos o qué??? jejeje!!

Me dijo...

Jajajaja... ¡¡¡Coincido en los tres puntos!!!

Verónica dijo...

Me encanta este blog!!!

Unknown dijo...

Cuanto tiempo sin S.Torres!!
Pues yo el viernes iba sexy, elegante y graciosa a la vez! jaja. Mi madre, aunque no le prgeuntes cuales son tus regalos siempre intenta liarte... Nos encantan las sorpresas en esta casa... Con decirte que mi calendario de adviento en lugar de menguar de chocolatinas y chucherías, crece cada día! Cada vez que voy a coger la chocolatina q me toca ese día descubro cosas nuevas, ayer tocó una bolsa de chuches colgando, ¡como mola!