
El calor está de carrusel. Un día nos asamos a 32 grados y otro nos pega una bofetada y bajamos a 15. Este estrés de qué leches hará durante el día no acaba para mí desde la ventana de mi casa pensando si llevarme abrigo o tirantes.
Ahora que llego a la oficina, mi querida compi Rosana ha debido de pensar que estaría yo mucho mejor si soy criogenizada. Eso es lo que ocurre con el aire acondicionado. Yo no sabía que era una persona friolera hasta que me comparé con Rosana. Siempre tiene calor. Aún no puedo entender que yo esté temblando frente al ordenador y ella tan feliz en tirantes.
El aire acondicionado no es bueno. No nos engañemos. O hace falta recordar los miles de resfriados en pleno agosto por tener que sufrir semejante frío en los centros de trabajo?. Pero si hay días que estoy deseando salir a la calle para sentir calorcito!!!
Gracias a Dios, como me ven congelada, me empiezan a tener en cuenta y no ponen a todo meter el aire. Encienden uno de los 6 que hay en nuestro pequeño espacio dedicado para Grandes Cuentas.
Voy a tener que abrir un grupo en Facebook en contra del puñetero aire acondicionado que nada bien hace a nuestra salud.
Lo único bueno que saco de todo esto es que se me va a quedar una piel fantástica y voy a parecer más joven.