30.11.09

La facilidad y dificultad de las palabras

Parece mentira que teniendo esa gran virtud que es la comunicación y estando yo misma relacionada (aunque no sea demasiado) con ese gran mundo, no sepa a veces cómo comunicarme.
Hay tantísima infinidad de palabras y a veces se tiene la sensación que no llega para poderse expresar.
A pesar de contar con tantos recursos, hay momentos en los que no vale de nada. Quizá sea un problema del lenguaje o quizá sea simplemente un problema propio de nosotros mismos. Tanta capacidad para hablar y expresar sonidos y tan poca capacidad de expresar nuestro interior.
Incluso los grandes profesionales de este arte, que se desenvuelven tan fenomenal entre los sinónimos, las metáforas y todas las figuras lingüísticas, seguro que se han visto en el mismo problema. No saber cómo empezar y no saber dónde acabar.
Perder ese miedo a intentar explicar un conjunto de mil sentimientos con simples palabras a veces resulta frustrante, ya que en ocasiones no te ves identificado con el lenguaje y necesitarías muchas más palabras que describieran sensaciones.

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