Oscura...

Conozco una princesa rompedora, agresiva, loca, atrevida, sorprendente y única. Inimitable en su género de la realeza. De oscura tiene poco por mucho que se empeñe, si yo tuviese que asignarla un color sería inequívocamente el rojo pasión. Su alegría en la mayoría de momentos del día no hacen honor a un color tan apagado. Y es que a pesar de lo que se come la cabeza y de sus bajoncillos emocionales siempre puedes sacarle una sonrisa en cualquier situación.

A la princesa de un golpetazo le han resentido el desparpajo. No lo pierde, ella nunca lo haría, pero ahora lleva consigo un nudo en la garganta.

Qué difícil es cuando las malas noticias te hacen caer precipitadamente hasta la realidad, hasta las cosas malas que pasan en el mundo pero que desgraciadamente pasan.
No me atrevo a decir que las malas noticias lleguen a los que las merezcan. No se si alguien por muy mal que haya hecho se merece malas noticias, pero no dudo en afirmar que esta princesa no las merecía.

A pesar de todo ella luchará, y no pondrá una mala cara si no es con gente a la que privilegia con su apertura de corazón. Se mostrará como una roca al mundo, haciendo creer que está todo controlado. Reirá, y como dice, aprovechará hasta el último minuto las horas del día que vuelan demasiado rápido. De los golpes se está creando un caparazón tan grueso que asusta.

Pero ha de saber que tiene a muchas caras a las que mirar y frente a las que llorar. Con las que desahogarse y sonreír cuando intenten animarla.

Al resto solo nos queda estar ahí, apoyando, animando, y aprendiendo.