
Estaba sola, o prácticamente sola. Apareció ante mí por una simple coincidencia. Me vinieron conversaciones pasadas a la cabeza y mi curiosidad no se supo parar. Inocentemente me adentré donde no debía, me enteré de lo que no debía y ví lo que no debía.
Se me nubló la vista...qué dolor de cabeza...me mareo...estoy enfadada, tan enfadada...no puedo dormir.
¿Qué hacer cuando descubres algo que, primero, no esperas, y segundo, provoca tus más horribles temores? Y peor es saber que tienes que llevarlo contigo en la cabeza, en silencio y que no cambie tus actuaciones porque sabes que has hecho mal y no estás orgulloso de cómo has conseguido la información en cuestión.
No se si podré. Es demasiado. La decepción. Miedo.
Vencieron los demonios de mi cabeza y no se si ha sido para mucho peor.
3 comentarios:
¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?
Lo malo es que no aprendemos!! Y lo peor es que lo volveremos a hacer!! Nos mueve la curiosidad! Esta vida es así! Besitos!!
A veces pasa, simplemente. Te enteras de algo y decepciona. A mi me ha pasado en alguna ocasión, pero ha sido más duro porque no lo vi por curiosidad, sino porque alguien me lo enseñó... y creéme que es duro... pero la información nos enseña la verdad y la verdad no se puede cambiar...
¡Ánimo!
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