La complicación de que tu chico y el de tus amigas no se lleven bien es, cuanto menos, angustiosa. Esos momentos violentos en los que hay alguien o varios que no están agusto hacen que no se pueda disfrutar igual de la alegría de una relación. No digo que entre esa pareja no se disfrute, sino que lo ideal sería que la persona que tú aportas a un nuevo grupo sea bien aceptada.
Me llena de felicidad, como diría el Rey, ver que estos dos muchachos congeniaron desde los primeros momentos que llegaron a conocerse. Hacen las cosas más fácil y una cena a cuatro, o unas copas a cuatro, se convierten en algo extremadamente agradable.
Es esa sonrisa tan dulce la que nos muestra a Vero y a mí la suerte que tenemos. Es esa misma que pongo cuando él me habla entusiasmado de Pablo o de Vero. Esa que sale espontáneamente mientras le miras a los ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario