La casa de Raquel: punto de reunión de nuestra juventud

Ayer volvía a la casa...que recuerdos!! Hacía ya mucho que no pasaba por allí tras la marcha de Raquel a México. Qué ilusión volver al lugar en el que más tiempo he pasado en los últimos tiempos si no tenemos en cuenta la casa de familiares y la mía propia.

Se podría decir que en mis recuerdos como universitaria se me vendrá siempre a la cabeza la Carlos III y todos sus rincones, y esta casita de Manuel Becerra. Tantas horas pasada allí, tantas conversaciones intensas, tantas copas y cervezas bebidas, tantas cenas preparadas por la anfitriona, tantos trabajos realizados, tantos regalos entregados...Han sido montones de momentos durante estos años. Y es que tener amigos de fuera de Madrid con casa es muy útil para no pasar frío.

Ayer volvía a la casa de los gallegos y una zaragozana con motivo de dos cumpleaños. Alberto e Inma nos reunían una vez más en su hogar. Y para allí que fuí después de salir de la radio. Con unos bombones en la mano volvía a la casa en la que raro se me hace no encontrar a mi gallega favorita parloteando por allí. Lo curioso es que no me reunía con la gente que me solía reunir en este espacio. No estaban los asistentes que solían estar cuando celebrabamos nuestras alegres quedadas, sin embargo, estaban las personas que tanto me alegro de haber conocido.

Cuando uno empieza la Universidad siempre piensa que conservará a todos sus amigos anteriores de clase. Luego uno se da cuenta poco a poco que eso no va a ser así y que afortunado eres si consigues seguir viéndote con bastantes. Entras en una nueva clase con nueva gente y con nuevas personalidades que no conoces. Echo la vista atrás y me asombra las primeras reacciones que me producían ciertas personas y cómo han ido cambiando las relaciones de aquí a 5 años atrás. A día de hoy me alegro de con quién me quedo de toda la gente que he conocido en la carrera, de haber cambiado mi visión sobre algunas personas y sobre todo de haber aprendido a ser más tolerante y a dar más oportunidades. Uno se sorprende a sí mismo diariamente. Ayer, con estas muchachas lo recordé, porque hay gente que después de conocerla sabes que debías haber conocido antes.