Una mala idea...

Lo que tiene elegir la opción incorrecta es que las consecuencias pueden ser muy duras. Y Laura y yo, desgraciadamente, dimos con una decisión incorrecta y asumimos muy dignamente las consecuencias.

Tuvimos la genial idea de, para cubrir sendos reportajes que teníamos encargados, ir a un centro comercial a sacar sonido. Pero no fuimos a cualquier centro comercial. Tuvimos que acercarnos a Plenilunio, que está a tomar por... La idea correcta hubiese sido: "No no no, da igual que en Plenilunio haya sido el robo a los de seguridad que iban a llevar el dinero del único banco que hay ahí hasta el coche blindado, mejor vamos a Príncipe Pío que lo tenemos al ladito". Pero muy estupendas nosotras cogimos la Gran Vía en plena llovizna. A Laurita le arrastraban los pantalones por la acera de tan conocida calle madrileña por lo que se llevó consigo de recuerdo todo el agua sucia que allí había hasta sus rodillas. Conseguimos de pura casualidad un taxi ( en ese momento no nos dimos cuenta los problemas que este tipo de transporte estaba ocasionando aquella tarde) y fuimos hacia el Polígono de las Mercedes. Al llegar allí fue cuando se nos ocurrió (pero así de pasada, sin darle muchas vueltas) que a ver si no íbamos a tener taxi para la vuelta. Como digo, sin pensarlo mucho pasamos la tarde allí en busca de seguratas.

Nuestro fatídico momentazo empieza a las 8 de la tarde. Acabada nuestra jornada laboral del jueves y con una fiesta en el Santiago Bernabeu por delante tomamos el parking de Plenilunio en busca de un taxi....y lo que se podía esperar......ni un puñetero coche blanco con raya roja. Con el frío, la lluvia y los pantalones y bailarinas de Laura empapados la desesperación empezó a apoderarse de nosotras. La siguiente decisión fue, lógicamente, llamar a un tele-taxi. Bien, pues no llamamos ni a uno ni a dos...llamamos a 5 teléfonos y con ninguno conseguimos hablar!!La cosa se ponía realmente fea. Pasaban los minutos...llamada a Pepita Blanes..."Estamos abandonadas en el culo del mundo!!!!!"....."No os preocupeis, yo llamo desde la radio para que os vayan a buscar"......"Imposible, imposible, no hay taxis disponibles"!!!!!!!....

Sin saber muy bien qué poder hacer nos liamos a andar en busca de la tierra prometida. Un tren, un metro, un autobús....cualquier cosa nos valía.

Finalmente, paradas en la nada, con nadie por la calle, al lado de un vacío concesionario recurrimos a la llamada desesperada...el frío no dejaba de otra opción...minutos después mi pobre padre tenía que acercarse a por nosotras en un acto de voluntad que nos salvó de una pulmonía. Lo bueno es que lo mal que ahí lo pasamos lo compensamos esa noche entre copa y copa.