12.3.08

Ante todo...CALMA!

Cada vez odio más el transporte público en hora punta. Supongo que exactamente igual que el resto de población que vive en el planeta Tierra.
Esta mañana el tren ha decidido pasar con 15 minutos de retraso. Este hecho en cualquier otra ocasión no significa más que estar aburrido en un andén esperando y pensando que llegarás tarde a algún lado. En esta ocasión significaba que, además de que llegaría tarde a la radio, no se si llegaría. Cada vez más gente iba llegando al andén de la estación de Santa Eugenia y es el momento en el que uno empieza a pensar...Queremos entrar las tropecientas personas que estamos aquí esperando... ninguno querrá quedarse fuera porque todos llegamos tarde así que no estarán dispuestos a quedarse en la calle...con suerte el tren vendrá semi-vacío y entraremos todos un poco apretujados...eso posiblemente no ocurra porque si va con retraso la misma situación que se está dando en este andén se de en el resto...si los vagones ya van llenos habrá que luchar para obtener un hueco dentro...y dentro hará mucho mucho mucho calor....
Efectivamente la maldición se cumplió. El tren venía literalmente lleno de gente. La cara de desilusión apareció en todos los que esperábamos como si un jarro de agua fría se nos hubiera caído encima. Era el momento de colocarse, elegir el lugar y hacer lo que fuese por conseguir subir al tren. Se abrieron las puertas y ahí estábamos todos intentando subir y apiñándonos en los rincones del vagón. No había posibilidad de movimiento en la postura en la que estábamos. Ni un quitarse la bufanda, ni un voy a echar el bolso hacia delante...nada, sólo aguantar. El tren no se cerraba, cada vez que lo intentaba se volvía a abrir. Las puertas estaban piyando a personas que desesperadas no querían quedarse fuera. Exactamente lo mismo ocurrió en todas las estaciones, lo que significaba perder más tiempo y ya bastante horrible estaba siendo.
Dentro...se empezaba a concentrar el calor humano...el agobio...tener las caras de unos y otros tan cerca de la tuya...el olor a sudor tan horrible que empiezas a marearte...no puedes moverte por lo que olvídate de quitarte la bufanda...me empiezo a poner blanca...te empujan...si quisieran robarte la cartera ese sería el momento y tú lo sabes...pero aguantas. Y aguantas porque no queda otra, porque todo el mundo está igual, y porque no es la primera ni será la última vez que se pase por eso. Esto no es lo que le ha debido pasar esta mañana a una joven a la cual no me atrevo más que a tildarla de "barriobajera".
Llegamos a Atocha, la gente se pone nerviosa porque quiere salir, yo como no tenía que bajar procuro quedarme lo más quietita posible. Y comienzan los gritos..."Ahhh" "Que dejéis de empujar!" "Que me caigo al agujero me cago en to´ " Todo el mundo se gira hacia la puerta a ver qué es lo que estaba pasando. Y sigue la gente chillándose..." Pero queréis dejar salir antes de entrar, hombre!" "Que no empujéis" "Ahh". Un absoluto caos. Los que estaban subidos en el vagón no eran capaces de ir bajando de lo abarrotado que estaba, los de abajo querían subir a toda prisa, y la barriobajera a grito pelado..."Vaneeeeeee...""Vaaaaaaaneeeeee, no tía es que me cago en , que casi me tiran al agujero!" Entre el mareo que yo ya llevaba y la pendeja esta gritando casi pierdo el conocimiento, aunque no me hubiese caído, me habría quedado sujeta por la gente que me apretujaba. De hecho, si hubiese levantado los dos pies, seguro que no me habría caído. Lo peor con respecto a la barriobajera llegó en Recoletos, donde yo me bajaba. La barriobajera estaba en una de las puertas y había mucha mucha gente que necesitaba salir, es normal que te empujen sin querer. Pues a la señorita no le ha debido de gustar porque le ha dicho a un señor..."Usted es un gilipollas" o algo así, así sin más y ha empezado a echar perlitas por la boca. El hombre que estaba hasta las mismísimas le ha dicho..."pero tú, tú eres una anormal". Me he imaginado que el pobre señor no quería perder los papeles y menos por una gualtrapilla semejante. Los que estábamos bajando alucinábamos con la jovenzuela. La última frase que he oído dedicarle al señor ha sido..."que te calles la puta boca".
Cada vez odio más el transporte público en hora punta, pero lo que sí que de verdad odio no se si se puede más es que me violenten, y esta chica consiguió ponerme de muy mala leche. No me gusta la gente que no sabe lo que son los modales, la educación y el saber estar; los que usan los insultos, palabrotas y frases mal-sonantes como vocabulario básico; los que no tienen paciencia ni tolerancia; los que van por el mundo como si fuera suyo y son el último reducto de mierda del Universo.

1 comentario:

Me dijo...

Metro de Madrid vuela, dirían algunos... jejeje... es una de las cosas que me gusta de vivir en Getafe: tengo que coger el transporte lo justo.
Un besote,