Una, dos...y perdimos la cuenta!...

Hay días que se sale con la intención de coger un buen contento gracias a esa costumbre tan extendida que es ir "a tomar algo". Pero sin duda lo más divertido es cuando sin darte cuenta empiezas a tomar algo, sigues con otro algo..y no se sabe como estás más feliz que un regaliz. Las sonrisas y las pupilas lo llenan todo. Así fue, de la manera más tonta como pasamos una noche de sábado hasta bien entrado el domingo. Eso sí, lo bien que nos lo pasamos no nos lo quita nadie. El problema es al día siguiente...con esas lagunas mentales...¿pero pagamos?¿y cuando se fueron ellas?¿y por qué hay tantísimas fotos?¿y cómo se llamaba el último sitio donde estuvimos? ¿Y el primero? ¿tuvimos que andar mucho?...son las preguntas que de vez en cuando uno se hace tras una buena juerga. Entonces vas hablando con la gente y todo empieza a encajar como un puzzle. Es una situación bastante cómica. Espero no se vuelva a repetir.