22.11.07

Un libro y una sorpresa...

A la redacción suelen llegar libros continuamente. Regalos o simplemente promociones, el destinatario se lo queda si le resulta realmente interesante o lo deja en lo que yo me atrevo a llamar el "expositor de los libros raros". Todos aquellos pobres que no son apreciados por sus dueños acaban encima de un mueble. Uno tras otro. De todos los tamaños y estilos. La gente pasa por allí, echa un ojo y si alguno le convence pues lo adopta y se lo lleva a casa. Yo siempre que me he acercado al expositor de libros raros no he acabado con ninguno en las manos, y esto es porque algunos son tremendamente extraños. Novelas que podrían pasar por rosas, guías de casas rurales, historias de psicólogos...Dios! Allí te puedes encontrar lo más insospechado!
Un día mi compi se acercó y se llevó dos libros: "Uno para mi amiga y otro para mi novio" dijo y se metió en el bolso dos novelas bien gordas. Desde ese día me dije: ¿pero y tú por qué no les das una oportunidad?Quizá te lleves una sorpresa, y además, que leche! que son gratis! Así que hice lo propio. Al día siguiente, en un largo viernes de producción, cuando ya quedaban cuatro monos en la redacción me levanté y me dirigí hacia el expositor de libros raros. Dí una vuelta y otra, no me atrevía con ninguno...pero uno me llamó la atención por lo curiosa de su portada. No parecía un libro, más bien parecía un catálogo publicitario o un libro para niños. Era finito, genial por si no me gustaba. Me lo llevé y comencé a leer. Era curioso, sin mucho contenido, de esos libros que no te hacen estar dando vueltas a algo y me partía con el título: "GANADOR PERDIDO. Aventuras de una estrella del rock", de Itxu Díaz.
Hoy lo retomé por segundo día. Iba en el tren de caminito a la radio. Iba muy concentrada en lo que las páginas iban mostrándome en mi imaginación cuando de repente.....me he sorprendido con una enorme sonrisa en los labios, al punto de la carcajada. Ha sido muy gracioso porque no me había dado cuenta y llevaba un buen rato con esa medio sonrisa en la cara que no te das cuenta que llevas puesta, y con un pasaje de la historia la sonrisa se había vuelto más abierta y había sido el momento de darme cuenta de que iba sola en un tren lleno de gente con una cara de gilipollas increíble! Lo que iba a ser una estupidez de libro raro que nadie había elegido me ha alegrado la ida y la vuelta. Y la vuelta digo porque esta situación se ha repetido de vuelta a casa, en un calentito vagón de cercanías, pero más exageradamente. No he podido contener la risa y allí me teníais sin poder cerrar la sonrisa y casi a carcajadas. Una gran sorpresa. La pena es que es tan pequeñito que en un viaje a la radio me he bebido más de la mitad del libro. Pero he aprendido una cosa: hay que pasar más de vez en cuando por el expositor de libros raros.

3 comentarios:

Verónica dijo...

Pues nada, dejaselo a tus amigas que a veces van serias en el metro! Besitos!!

Anónimo dijo...

La verdad es que sí, me sorprendes cada día, increíble!!!

Anónimo dijo...

La web www.itxudiaz.com