Y se hizo la luz en Madrid...

Me encanta el Paseo de Recoletos, cada día me gusta más. Será por todas las veces que paso a lo largo del mes. Cada mañana y cada tarde que me recorro el paseillo de la estación del tren a Cibeles.

El día que hace sol, como podéis ver en la foto, la vista es espectacular. Seguramente la mayoría no se haya dado cuenta porque si pasa por allí es en algún tipo de transporte(coche o bus, básicamente) o va con mucha prisa como para apreciar los colores que ofrece la calle. En mi caso también era así. Antes iba con mucha prisa porque siempre llegaba tarde a la radio. Metía el turbo hasta que me doliesen los gemelos y a tardar menos de 5 minutos desde allí al número 32 de la Gran Vía. Sin embargo, un día, no me preguntéis cuál, me di cuenta de las maravillas que tenemos en nuestro poco preciado Madrid.

Caminar por Recoletos es como estar grabando un videoclip. Es muy fácil: vete bajando la calle con una canción en tu cabeza, ve tarareándola mentalmente y no mires a la acera, miradlo todo: los árboles, los coches, el césped, la fuente, la gente...Es una sensación genial!!A mí me consigue dar alegría...tanta que no quiero que se acabe, no quiero toparme con la acera de cemento de la Gran Vía.

De noche la cosa cambia y la magia también. Las luces de Madrid se han encendido dando ese toque tan nostálgico a la ciudad. Miles de euros y miles de vatios para recordarnos a todos en qué época estamos. Hoy ha sido el primer día desde el encendido navideño que he subido el Paseo de Recoletos y, como no podía ser de otra manera, me ha encantado. Qué curioso darte cuenta de que con qué poco se nos puede sacar una sonrisa. La mía esta noche según subía hacia la estación de tren ha sido natural, sincera y de satisfacción. Para los que aún no estén familiarizados con este Paseo mi recomendación es la siguiente: no paséis este diciembre sin subir o bajar la calle. Si os arrepentís al final, siempre podéis pensar que vuestras piernas os lo agradecerán.